Existe un recondito lugar, muy al norte de Navarra, casi tocando con Francia, donde todo es verde, las casas salpican los montes y el sonido del agua te acompaña a todas partes. Ese era nuestro destino para el fin de semana. Una planificación tranquila y con buenas vistas.
Alquilamos una casa cerca de Ziga, un pequeño pueblecito del Valle de Baztán, pero allí llegaríamos después de comer. Como era mucha distancia para hacer de una sola tirada, decidimos hacer una parada antes y dedicarle una mañana al precioso pueblo de Olite.
11:30 > Aparcamos en Olite (42.483277, -1.650746) en un aparcamiento público al aire libre. Justo al lado del Convento de San Francisco. Desde allí una carretera escoltada por arboles de ramas de extrañas formas nos deja en menos de 100 metros en la puerta de entrada a esta impresionante villa.
Antes de atravesar la puerta de la villa, le dedicamos un par de minutos al pozo del hielo. En la plaza del Carlos III visitamos: el famoso Palacio Real, la Iglesia de Santa María, con una imponente portada del siglo XII, las Galerías medievales.
Salimos de la plaza por la calle Mayor dirección Iglesia de San Pedro.
El recorrido y principales visitas, las podeis ver con más detalle en esta entrada:
15:00 > Restaurante Merindad. Es uno de los restaurantes más recomendados de Olite y con toda la razón. Tiene un buen menú por 24€ que incluye un aperitivo, entrantes, plato principal y postre. Es muy acogedor y está muy bien atendido y nos recomendaron un vino de crianza de la zona que nos encantó.
Si disponéis de tiempo suficiente despuésde comer podéis visitar el museo del vino, justo al lado. Nosotros teníamos que volver a la carretera así que lo dejamos para otra vez.
Olite es de esos pueblos que te sabe a poco una visita de un día. No porque te queden visitas pendientes sino por poder disfrutar del ambiente de sus calles y de un paseo por sus callejuelas después de una buena cena.
17:30 > De vuelta en el coche tomamos dirección Ziga. En poco más de una hora llegaremos.
Tras pasar los túneles de Belate cambia todo. Las montañas son más verdes, las casas tienen una arquitectura particular y puedes ver casi junto a cada pueblo que pasas a los famosos pottokas, una raza de caballo enano vernácula de esta zona.
18:15 > Llegamos a la casa rural, estuvimos hablando con la dueña un rato sobre la zona y después de repartir las habitaciones nos reunimos para planificar el día siguiente ya que llevábamos varias propuestas.
Finalmente acordamos visitar Zugarramurdi y sus cuevas por la mañana y Elizondo por la tarde. El tren de Larunne, Infernuko Errota y las Cuevas de Urdazubi Urdax tendrían que esperar para otra ocasión.
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